EL HOMBRE COMO: Posibilidad
La posibilidad es en sí misma un rasgo constitutivamente moral del hombre, en tanto que con su ejercicio trasciende su propia animalidad.
¿Por qué decimos que el hombre es un ser de posibilidades? Porque primaria y consustancialmente, es una entidad en proceso de construcción, es un ser que no está clausurado en su misma especie, en su ser individual, como especie animal; sino que es un ser móvil, es un ser ambiguo, es un ser inestable e inacabado, pero que en esa movilidad y ambigüedad y en esa inestabilidad, paradójicamente, está su grandeza, y su poder. “Esa característica de poder construirse ‘idealmente’ es algo que descubrimos en los textos primeros de la cultura clásica: la de ver al hombre como posibilidad”.Bajo estas consideraciones, el hombre es un ser de posibilidades, puesto que no se encuentra hecho, consumado, paralizado, sino que se mueve, precisamente porque es “construible”, en un universo impreciso lleno de posibilidades.
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Este concepto de posibilidad se halla muy ligado con otro concepto muy importante en todas las culturas, que es la idea de elección. Esto es así, porque el hombre se encuentra ante la posibilidad, ya que puede realizarla. Y la realización de esa posibilidad es la elección. El hombre, al asumirse como un ser de posibilidades, trasciende su propia animalidad, opta por diferentes cursos de acción a través del acto de la elección. Al elegir, se elige a sí mismo, ya que asume su propia libertad, como ejercicio libre y consciente de que está decidiendo por voluntad propia. Por tal razón, la posibilidad y la elección son dos rasgos constitutivos del carácter moral del hombre. Son pues, dos factores configuradores del ser del hombre, un ser que es en la medida en que se hace a sí mismo, eligiéndose.
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