Digamos que, humanamente, estamos imposibilitados para ser libres en este sentido. ¿Esto significa que la libertad, en sentido estricto, absoluto, es algo imposible? ¿La libertad es relativa? ¿Cuándo estamos en condi ciones de afirmar que somos efectivamente libres?
La filosofía, en tanto disciplina humanística ha tratado de dar respuesta a éstas y otras interrogantes que nos remiten directamente al problema de la condición humana llamada libertad. A lo largo del tiem po han surgido tres posiciones filosóficas que tratan de dar respuesta al problema de la libertad: autodeterminismo, deterninismo e indeterminismo.
De acuerdo con Laura Pérez Vázquez, cuando se afirma que el hombre, y nadie más que él, constituye la fuente única de sus propias decisiones, estamos hablando de la postura filosófica llamada autodeter minismo; por su parte, cuando consideramos que siempre hay algo detrás de nuestras decisiones, ello tiene que ver con la postura determinista, y, finalmente, cuando suponemos que todas las cosas suceden por azar, incluyendo por supuesto, a nuestras acciones, estamos hablando de la postura indeterminista.
En los casos del determinismo e indeterminismo, la libertad absoluta se vuelve algo imposible. Para el determinismo, la libertad resulta algo sumamente difícil, pues, cualquier decisión que el hombre tome estará determinada por algo externo, y no dependerá del mismo. Por su parte, para el indeterminismo, en tanto todas las cosas ocurren por azar, no queda espacio para la libertad, ya que una condición necesaria para que ésta se dé, es que haya algo que cause las decisiones, a saber, la voluntad del hombre mismo.
Finalmente, el autodeterminismo se presenta como una de las pos turas más sugerentes y consistentes en torno al problema de la libertad. Desde esta perspectiva no se niega ni el determinismo ni el indetermi nismo. La acción del hombre se encuentra de alguna forma determinada por causas externas a la voluntad humana; se reconoce la presencia del azar formando parte de las acciones humanas, sin embargo, el autode terminismo considera que, a pesar de ello, en el hombre siempre hay un margen para la decisión, en una palabra, que podemos ser libres en situaciones específicas. Bajo esta concepción ética, “el hombre es origen de sus decisiones”.
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